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Uno de los mayores inconvenientes, para ser suaves, que ejerce el estrés en el organismo, es el causado por la hormona cortisol en el buen funcionamiento del cerebro. Cuando una persona está altamente estresada o sufre de estrés crónico, a veces incluso sin saberlo, sus suprarrenales generan el temible cortisol causante del deterioro de la memoria y de la concentración.
El cortisol daña de tres maneras diferentes nuestro cerebro:
A- Obstaculiza la provisión que el cerebro debe recibir de glucosa, el combustible que le da potencia, dificultando el establecer nuevos recuerdos y acceder a los ya existentes.
B- Obstaculiza la actividad de los neurotransmisores
C- Permite que las neuronas reciban demasiado calcio. La presencia continua de dicho calcio, puede generar a lo largo del tiempo, radicales libres que provocan el mal funcionamiento de las neuronas y finalmente su muerte-
¿Cómo detectamos nuestro nivel de estrès?
Por la reducción de nuestra concentración en lo que hacemos y por lo olvidadizos que nos volvemos; es decir, el olvido continuo de cosas triviales como ¿dónde deje las llaves del coche? O donde puse tal carpeta?o ¿dónde aparque el coche anoche? Etc.etc. Es decir, el exceso de cortisol daña la capacidad cognitiva de procesar información a alta velocidad y daña a nuestra creatividad o agilidad creativa para resolver las cosas al momento. Nos vuelve más torpes.
La muerte de neuronas por exceso de cortisol repercute sobre todo en el sistema límbico, lugar donde reside el centro de la memoria, el hipocampo y la amígdala, así como el hipotálamo, el tálamo y la glándula pituitaria. Pero los más afectados por el cortisol son el hipocampo y la amígdala que curiosamente son los encargados de gestionar , el primero los recuerdos del pasado reciente y remoto, y la segunda es la encargada de procesar los recuerdos o información emocional. Para que entendamos la importancia del buen funcionamiento del sistema límbico: es la zona donde la mente se encuentra con el cuerpo; donde el sistema endocrino conecta directamente con el cerebro, donde el pensamiento se encuentra con la emoción. El sistema límbico y el neocortex trabajan unidos para formar los pensamientos y las emociones y así determinar las reacciones corporales físicas que estos generarán. Por lo tanto estamos hablando del “espacio” virtual donde se generan las depresiones, el cansancio, la falta de ilusión, la dispersión crónica, el déficit de atención, la mala memoria, los despistes persistentes, etc. etc.etc. Creo que queda clarito que cuidar de nuestro cerebro, protegiéndolo de situaciones estresantes, ideas estresantes, pensamientos estresantes y hábitos estresantes es lo primero que tenemos que practicar si queremos sacar el máximo rendimiento a tan potente maquinaria.
UNA BUENA PRAXIS RESPIRATORIA Y POSTURAL: CAMBIO DE HABITOS
El hábito de comer sano (sin grasas, sin azúcares refinados ni alimentos procesados, ni carnes rojas) mucha verdura, fruta y alimentos naturales, vitaminas, minerales y oligoelementos, es una de las maneras de contribuir a sus cuidados, así como el hábito de ser feliz y generar pensamientos que contribuyan a ello.
Por lo tanto, sí, podemos influir en nuestros estados de ánimo y mejorar enormemente la memoria y la concentración estimulando la liberación de diversos neurotransmisores. A todo lo arriba mencionado en cuidados, añadiremos ejercicio físico, que reporta oxígeno al cerebro y por lo tanto mayor riego sanguíneo; y practicar a diario el programa de técnicas de respiración y hábitos posturales sanos. En este punto cabe mencionar porque es tan importante una buena praxis respiratoria para el cerebro:
La acelticolina es el neurotransmisor más importante de la memoria. Un déficit del mismo es el causante de una deficiente concentración. La acelticolina se produce dentro de las neuronas por un complicado proceso químico que requiere oxígeno, glucosa y colina (principal ingrediente de la lecitina). La aportación de elementos nutritivos, junto con ejercicios de respiración, nuevos hábitos posturales y la conciencia del poder de nuestros pensamientos, mejoran en gran medida la carencia de memoria y concentración; así cómo una dieta equilibrada donde las carnes rojas, los productos procesados químicamente; los fritos, el café, el alcohol y el tabaco no tengan presencia alguna. Cuidarse hoy, repercute en la longevidad de nuestro cerebro y cuerpo y en la calidad de nuestra Presencia en el Planeta Azul.