El primer órgano afectado por el temible estrés es la glándula denominada timo.
Esta glándula regula la activación de las células inmunológicas o T, su función es identificar y eliminar del cuerpo las células cancerígenas y otros agentes invasores.
El timo se debilita debido a sensaciones y emociones negativas que degeneran en estrés crónico, deshidratación y consumo de alimentos y bebidas de escaso valor nutritivo y / o alimentos procesados.
Resultado? Nuestro cuerpo se ve desprovisto de las defensas necesarias para impedir la propagación de células cancerígenas y otros procesos patológicos.
La mayoría de las personas no se dan cuenta de la energía vital que pierden cuando sufren situaciones estresantes.
Llevar un estilo de vida poco saludable, con comidas fuertes y llenos de grasa, trabajando más de lo que te cuerpo puede tolerar, excediendo nuestros límites o comiendo cuando estamos cansados, por ejemplo, acaba por reducir nuestra energía vital y es en este punto cuando mucha gente comienza a alarmarse y ponerse nerviosa.
El estrés no es otra cosa que el continuado agotamiento del timo por causa de las influencias negativas o nocivas de la vida cotidiana, es decir, debido a una alarmante falta de autoestima.
Cuidar nuestra alimentación con alimentos nutritivos, beber agua, hacer cosas nutritivas para nuestro corazón y por nuestra alma (como pasar más tiempo al aire libre en lugar de quedarse en casa a ver la televisión o frente al ordenador , hacer ejercicio físico, re- educar nuestra postura y respiración y mantener una coherencia entre el ritmo respiratorio y el cardíaco) es sinónimo de vivir feliz y en abundancia energética. Se sinónimo de amarse y amar la vida. Al escoger entre cuidar o debilitar nuestro cuerpo (amarnos o destruirnos) ejercemos la primacía de la mente sobre la materia.
Nosotros somos el jinete que dirige al impetuoso caballo y no éste el que nos lleva por donde quiere.
