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Consecuencias de respirar mal
Las consecuencias de respirar mal son varias y se dividen en dos grupos: las consecuencias físicas y las emocionales. Pero están todas basadas en una sola, que es la madre del cordero: bajo nivel de oxígeno en sangre.
En éste artículo, hoy hablaremos solo de las consecuencias emocionales derivadas de respirar mal, que es tanto como decir, que nuestro cerebro, carece del oxígeno suficiente para poder salir de situaciones como las que te describo más abajo.
Por ejemplo:
¿Conoces la relación que hay entre tu nivel de oxígeno en sangre y tu seguridad en ti misma?
¿Sabes que el oxígeno es el encargado de que tengas más o menos energía para hacer las cosas que te propones? La comodidad mata.
¿Y sabes qué relación tiene el oxígeno, con sentirte fuerte y segura y con capacidad para estar por encima de tus necesidades emocionales? Es decir, ¿para cortar con aquello que no te gusta? ¿Para tener el valor de ser tú misma en cada momento, sin tener que sentir que siempre dices sí a todo, porque te da miedo que te ignoren, que te critiquen, que alguien se enfade contigo y te quedes sin….reconocimiento, sin amor?
Si me preguntas, te contesto qué relación hay, y sobre todo, como unir los cabos entre todas las relaciones expuestas más arriba. Es más, si me preguntas, te diré que todo ello y más, son las consecuencias de respirar mal, de oxigenar poco tu cerebro, y por ende, del déficit de oxígeno en tus neuronas y conexiones sinápticas.
¿Y en qué te afectan las consecuencias de respirar mal?
En muchas, pero aquí hoy, hablo de una muy importante, que quienes la tienen, son dueños y señores de su libertad.
Hoy te cuento para qué sirve, respirar bien. Y sirve para qué dejes de ser esa persona que siempre dice amén a todo, que siempre intenta caer bien a todo el mundo, que es políticamente correcta, pero que desconoce la fuerza de su propio criterio y sentido común.
Tus posturas corporales y tu patrón respiratorio revelan tu miedo a perder, a no ser reconocida ni valorada, a la soledad, hablan de tu incapacidad para enfrentarte ante quién haga falta, para decir lo que piensas y lo que sientes.
Siempre que seas tú misma, en un entorno en el que siempre has sido lo que el entorno exigía, pagarás el precio de la soledad.
Pero una vez estés fuera de dicho entorno, obtendrás el premio que siempre has estado buscando. Tu libertad. Tu anhelo de volar, de ser lo que ya eres, pero que nunca has permitido que semejante poder, levantara tus brazos al cielo para decir fuerte y alto: wuau que potente e inmensa que soy,
¿Y cómo es eso?
Los hamsters creen tener mucho movimiento porque siempre están dándole a la misma rueda con idéntico sentido. ¿Has oído la frase: Dios los cría y ellos se juntan? o, ¿el dinero siempre llama al dinero ?o ¿dime con quién andas y te diré quien eres? ¿Sí? Pues eso, si siempre has sido políticamente correcto, las personas que te rodean están acostumbradas a que estés a su entera disposición, calladita y obediente, porque es la manera de no tener conflictos y vivir tranquilos. ¿Esa frase la oíste de pequeña a tus padres quizás?
Casos donde solemos callar por miedo a perder y que delatan las consecuencias de respirar mal.
Una de las respuestas más típicas que obtengo cuando alguien viene con algún problema que delata la queja del “me callo para no perder” y sus derivados, es la siguiente:
1–A nivel laboral: “…pero si hago lo que me gusta me quedo sin trabajo y entonces ¿de qué voy a vivir? o, si dejo éste trabajo, no podré aportar dinero a la familia”.
Mi contestación: ¿ya, pero sabes que si el capitán del barco falla, falla todo? Tus migrañas te están diciendo que tienes que cambiar algo en tu estilo de vida. Te sugiero observes el poco espacio que hay entre lo que te gustaría hacer, las pocas ganas de hacer lo que estás haciendo, y la mala leche que llevas encima con los que amas. ¿Volvemos a mirar eso que tanto miedo te dá, desde otra perspectiva más amplia? Y ahí, lo pongo a trabajar y a oxigenar su creencia limitante y que empequeñece su horizonte, su salud y sus relaciones.
2– A nivel familiar, sobre todo en las relaciones de padres con hijos y más en concreto de madres con hijas: “si le digo lo que pienso se va a enfadar y me lo hará pagar, así que mejor me callo y así no tengo problemas”.
Mi pregunta: ¿seguro que no tienes problemas? ¿Y ese dolor de estómago?
¿Volvemos a mirar eso que tanto miedo te dá, desde otra perspectiva más amplia? Y ahí, la pongo a trabajar y a oxigenar su creencia limitante y que empequeñece su horizonte, su salud y sus relaciones.
3–A nivel de relación de pareja: “si le digo lo que pienso tengo miedo a que me deje, a que no me quiera”.
Mi respuesta: ¿de verdad crees que alguien que no te acepta como eres, te va a querer? Tu colon irritable te está dando la pauta a seguir ¿no te parece? Y volvemos a mirar la rabia y el dolor que provoca sentir que no te aceptan tal y cómo eres, que tienes que ser cómo el otro quiere. Entonces, nos ponemos a trabajar la postura corporal y la respiración, para oxigenar esa creencia limitante que reduce su horizonte y repercute negativamente en su salud y sus relaciones. A lo largo de los años, me he dado cuenta que la persona no busca solucionar su colon irritable, busca ser amada, aceptada y valorada.
4– Y lo mismo para los amigos. Si tienes que ir con pies de plomo por la vida, negándote lo que eres y cómo eres y con la sensación de no ser suficiente, para encajar con el grupo, la familia, el marido, los hijos, los vecinos…, ¿no crees que eso es un mal vivir? ¿Dónde estás tú?;…
Mi propuesta :¿qué tal si cambias de amigos y te pones a oxigenar tu miedo, a trabajarlo?, ¿a invertir en tu desarrollo personal? ¿Y para qué invertir en mi desarrollo personal, te preguntarás?
Te respondo: para que nunca jamás vuelvas a sentirte rechazada y tengas que dejar de ser tú, para ser lo que el entorno quiere de ti. ¿Es importante para ti?. En nuestro curso de respiración consciente, te damos las claves para respirar bien y que tu vida mejore en todos los sentidos.
Las consecuencias de respirar mal…
…son ese enorme vacío, que en muchos casos, ha hecho que buscaras todo lo habido y por haber, para solucionar esa punzada tan típica del miedo a perder, esa rabia tan típica del miedo a no ser suficiente, esa punzada tan típica y localizada en la boca del estómago y que se dispara cada vez que has querido decir y hacer la tuya.
Y sin embargo, todavía no lo has solucionado, porque sigues siendo esa persona que busca constantemente la aprobación de todo el mundo.
Con lo potente y divertido que es caer mal al personal por tener sentido común y criterio propio. Algo que con los tiempos que corren, es un tesoro de gran valor, porque el miedo del personal los está convirtiendo en esclavos del sistema.
Tú decides, susto o muerte.
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