Dr. Antoni Fernández-Solà (extractado del original)
La Sensibilidad Química Múltiple (MCS) es una condición de malestar crónico cuyos síntomas se manifiestan por exposición a agentes químicos de baja intensidad. No existe tratamiento para los pacientes de MCS. Hemos probado un tratamiento de aire puro con el objetivo de mitigar los síntomas y mejorar el estándar de vida de dichos pacientes.
Se reclutaron 8 pacientes de MCS. Se sometieron a un total de 8 sesiones de aire puro con un Balón de Oxígeno Puro durante un mes. Tanto al inicio como al final del tratamiento los pacientes complementaron un cuestionario sobre su estado. Dos de los pacientes se retiraron, pero los otros completaron el tratamiento. La escala sobre la que se fundamentaba el cuestionario mostró resultados positivos en todos los informes con variaciones entre 1,5 y 4,5.
De todo ello se infiere que el aire puro puede ser un buen tratamiento para los pacientes de MCS. Se precisan estudios más detallados y extensos que confirmen nuestros resultados.
ANTECEDENTES
La Sensibilidad Química Múltiple es un síndrome cuyos múltiples síntomas se manifiestan en exposiciones químicas ambientales de baja intensidad. Algunos autores le estiman una prevalencia entre 0,1 y el 5 %. Es un proceso rápido que afecta mayoritariamente a mujeres de mediana edad y viene acompañado de intolerancia a la comida o a los fármacos. Frecuentemente se manifiesta con otras patologías, como el Síndrome de Fatiga Crónica (CFS).
Su etiología nos es aún desconocida. Algunos factores relacionados con el MCS son: Tóxicos, microbios, estrés y la coexistencia con otras patologías, especialmente el CFS.
Más del 40 % de los pacientes diagnosticados con el MCS presentan un mínimo de exposición química en su puesto de trabajo.
Aún no se han descubierto sus mecanismos fisiopatológicos. Tampoco existe evidencia científica que apoye un patrón patológico determinado. Apenas podemos definir esa fisiopatología como una pérdida tóxico-inducida de tolerancia química.
No existe ni prueba de diagnóstico preciso ni tratamiento curativo. MCS es un proceso crónico evolutivo sin secuelas orgánicas. De ahí, que esté subdiagnosticada.
Dada la ausencia de una prueba diagnóstica, reconocemos la MCS por sus síntomas clínicos. Por lo general, los exámenes físicos no suelen presentar anomalías, aunque a veces resulta útil descartar otras patologías realizando las pruebas apropiadas. La lista de síntomas coincide con las descritas por Nogué-Xarau y otros en 2007.
No existe tratamiento para los pacientes de MCS. Los médicos solo pueden aconsejar cómo evitar la exposición a sustancias químicas.
Viendo la situación actual respecto a la MCS y los pobres recursos disponibles para su tratamiento, el objetivo de la prueba era el de establecer una pauta adecuada de sesiones de oxígeno puro para aliviar los síntomas y mejorar los estándares de vida.
PROCEDIMIENTO
Pacientes
A partir de una visita médica rutinaria, se formó un grupo voluntario de ocho pacientes, un hombre y siete mujeres, de edades comprendidas entre 18 y 65 años, con un diagnóstico de MCS de, como mínimo, un año de antigüedad. Los criterios de exclusión para la prueba incluían embarazadas, pacientes con otras patologías que pudieran empeorar o encubrir los síntomas propios de la MCS y pacientes que no respondieran a las expectativas de permanencia. No hubo exclusiones por motivos psiquiátricos. Se obtuvo el consentimiento escrito de todos y cada uno de los pacientes.
Se usó el NRS (escala de valores basada en el grado de molestia). Se usó al inicio y al final del tratamiento con el objetivo de verificar y calibrar los síntomas. Se preguntó a cada paciente, en una escala del 0 al 10 (0: sin síntomas; 10: síntomas graves) por los síntomas que notaban, antes y después del uso del balón de oxígeno.
La prueba se hizo acorde a la Declaración de Helsinki, y tuvo lugar entre febrero y marzo de 2012.
Cada cual era libre de interrumpir la prueba en cualquier momento y sin justificación. Del mismo modo, el investigador se reservaba el derecho de excluir a cualquier sujeto en función del riesgo para su salud.
Proceso
El proyecto de la prueba consistía en un estudio experimental. Su objetivo consistía en determinar la efectividad o no del oxígeno puro en el tratamiento de la MCS.
Tras una primera elección debida a criterios médicos, los participantes elegidos fueron informados de la prueba y citados dos veces por semana para someterse a una sesión de 62 minutos de aire puro durante un mes, lo que suponía un total de ocho sesiones. Sin ninguna referencia anterior a cualquier ensayo clínico o estudio médico, el número se sesiones y el tiempo de exposición fue establecido bajo criterios médicos a partir de un ensayo clínico inicial en el balón. Los pacientes debían permanecer en el balón de oxígeno durante 60 minutos + 2 minutos adicionales, que es el tiempo requerido para la renovación total del aire en el balón, con la intención de eliminar la polución introducida por el paciente en la misma acción de entrar en el balón.
El “Bubble pur air” (balón de oxígeno puro) era el aparato que aseguraba la total pureza del aire. Se trata de un habitáculo portátil que asegura una pureza de aire del 99,995 %. Ni virus, ni bacterias, ni agentes alergénicos. La regeneración constante de aire que elimina los contaminantes adheridos a partículas como metales pesados o hidrocarbonos PAH garantiza al máximo la calidad del aire. Además, controla los niveles de CO2.
En la primera y última visita, los sujetos debían completar la escala de valores numérica, que incluye los síntomas detallados en la tabla 1.
Resultados
La polución del aire de Barcelona y los ambientadores del Centro Médico afectaron a todos los pacientes. Entre los 8 que empezaron el estudio, dos desistieron la primera semana. Uno debido a las condiciones ambientales donde se realizaba la prueba. De hecho, no pudo adaptarse a la pobreza del aire: durante las sesiones se sentía mejor que antes, pero al salir del balón padecía serios dolores de cabeza. El otro paciente fue excluido por no cumplir con los criterios. Ambos pacientes abandonaron la prueba de acuerdo con el investigador jefe.
La escala numérica registró exclusivamente datos positivos en lo referente a los síntomas de la MCS. La mejora en el cómputo varió entre los 1,5 de distermia a 4,5 de otros síntomas. Hemos de remarcar que cada aspecto individual evaluado presentaba una mejoría tras la prueba. Para otros detalles, consulta la tabla 2.
A efectos prácticos, regularmente vamos adjuntando al historial del paciente los nuevos síntomas, positivos y negativos. Tras la prueba, los pacientes gozaban de mayor movilidad y agilidad, mostraban menos fatiga, modos más enérgicos, más relajados, mayor atención, mejora en la respiración y menor dolor. De lo único que se quejaban, conversando, era de que los efectos durasen tan poco después del tratamiento.
Otro resultado a resaltar es la buena aceptación que tuvo el tratamiento y su índice de tolerancia, y la ausencia de efectos perjudiciales.