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Beneficios de sentarse correctamente en 90 grados: respirar mejor y proteger el diafragma
Beneficios de sentarse correctamente en 90 grados a nivel fisiológico
- Mejor oxigenación de nuestra red neuronal
- Aumento de la concentración y de la memoria
- Mayor facilidad al estudiar
- Proteger nuestras lumbares, con ello desaparecen los dolores de espalda y cervicales
- Mejorar procesos digestivos
- Disminución de la fatiga crónica
- Proteger nuestro diafragma. Debajo de la cúpula diafragmática encontramos el hígado, estómago, colon, vellosidades intestinales etc. Con la postura de 90º (ver imagen) mejoramos la función de cada uno de ellos. El hígado es el gran purificador de toxinas, el estómago digiere la comida injerida, el colon permite evacuar los detritus de los alimentos y las vellosidades intestinales son las encargadas de discernir los nutrientes adecuados para nuestras células y tejidos. Sin una adecuada postura al sentarnos (ver imagen), todo ello queda mermado y mal oxigenado. Sentarnos en 90 grados nos aporta múltiples beneficios como se puede ver en este pequeño resumen del funcionamiento de nuestro cuerpo.
- Otro gran beneficio que ofrece sentarse en 90º es que cuando inhalamos lenta y profundamente nuestro diafragma desplaza los órganos internos que hay debajo de su cúpula hacia abajo y hacia delante, pero al encontrarse con la pared abdominal en tono, estos son contenidos y pueden recibir un excelente masaje revitalizante.
- El octavo beneficio que nos ofrece sentarnos en 90º es que nuestro abdomen no se ve distendido por el peso de la sangre y del desplazamiento de los órganos intestinales. Todo lo contrario, la micro-musculatura abdominal sale reforzada y con ella se refuerzan y fortifican nuestras lumbares.
En realidad cuando inspiramos lentamente lo que sentimos es justo lo que acabo de explicar: el movimiento hacia abajo del diafragma y los órganos desplazándose y el movimiento hacia arriba al exhalar y masajear con la presión el corazón y los pulmones.
Aquello de hincha el vientre, siente el aire que lo llena, es absolutamente incorrecto: el aire solo está en los pulmones, repito, lo que sentimos es el desplazamiento del diafragma y lo que ello conlleva. El crimen perfecto es inyectar aire en la vena.
El papel fisiopatológico del diafragma en la evolución de las enfermedades crónicas es ignorado y descuidado por completo en la literatura médica. Dr. A. Salmanoff.
Beneficios de sentarse correctamente en 90 grados a nivel emocional
- Mejor humor y alegría
- Mayor vitalidad
- Reducción de la ansiedad y del estrés
- Disminución del riesgo de sufrir enfermedades cardiacas
- Mejor gestión de las emociones
- Aumento de la autoestima/seguridad
- Aumento de la creatividad
- Desarrollo de la intuición
- Mejora de las relaciones personales con nuestro entorno laboral y familiar
- Desarrollo de la constancia y la perseverancia
- Eliminación de pensamientos contaminantes y repetitivos
Efectos prácticos de sentarse correctamente en 90 grados: respirar mejor y proteger el diafragma
La practicidad de sentarse en 90 grados nos ofrece respirar mejor y una mayor protección de nuestro diafragma, resultado de ello son los siguientes efectos prácticos y pragmáticos.
- Trascender obstáculos y transformar un cambio “difícil” en un activo para nuestro proyecto de vida o nuestro hacer diario, como por ejemplo, una relación familiar complicada, repetición de las mismas situaciones donde nosotros siempre somos los perdedores
- Aumento de la asertividad en todo lo que hacemos y pensamos
- Aumento de la capacidad empática con situaciones y personas
- Mejora de la gestión de nuestro tiempo, priorizando lo importante y no lo urgente (simplemente porque no gestionamos bien nuestro tiempo)
- Aumento de la capacidad de liderazgo
- Desarrollo de una comunicación verbal, escucha y carisma creíble a partir de la integración de las inteligencias emocional, corporal/respiratoria y lingüística.
El papel del diafragma en la digestión
El papel del diafragma en la compresión sistemática (unas 24.000 veces cada día) de las vellosidades intestinales –único lugar del metabolismo general donde se produce la misteriosa transformación de las substancias nutritivas asimilables destinadas a los tejidos y a las células- queda mermado por la postura de “soffing” que aprisiona el diafragma, el hígado, el estómago y los intestinos (vellosidades).
Un balón llamado diafragma
Por encima de la cúpula diafragmática se encuentran el corazón y por debajo todos los órganos anteriormente mencionados. Si comprimimos un balón lleno de líquido, aumenta su presión ¿sí?, pero si el balón está provisto de un tubo que sale hacia arriba, la presión hará brotar el líquido.
El abdomen se comporta como ese balón, y la vena cava inferior es el tubo. La presión ejercida sobre las vísceras abdominales por la lucha entre el diafragma y la musculatura abdominal, impulsa la sangre venosa de las vísceras de la región sub-diafragmática hacia la región torácica.
La sangre en lugar de congestionar las vísceras (motivo de muchas enfermedades) corre a través del diafragma hacia el corazón, que la envía a los pulmones, donde se libera de su exceso de CO2 y se carga de oxígeno. Gracias a este poderoso activador, y a la postura de 90 grados que lo permite, considerables masas de sangre que congestionaban los órganos son devueltos al ciclo circulatorio purificado en los pulmones, y reinyectadas en la circulación general.
Pero hay más, esta manera de respirar dejando libre de opresión al diafragma, es perfecta para las personas que sufren de ataques cardíacos. El descenso del diafragma alivia el corazón, en ningún momento está comprimido. Nuestro riego sanguíneo se halla altamente oxigenado y con ello nuestro cerebro que es el órgano que más oxígeno consume después del corazón.